Es la mejor oportunidad para traer el mensaje de esperanza en Cristo a Hong Kong


Muchas flores y banderas rojas llenan este martes el espacio de la Plaza Tiananmen, donde miles de estudiantes fueron masacrados por el gobierno de Pekín treinta años atrás, durante  el episodio de protestas que se recuerda con el mismo nombre del lugar. Ahora, China está de fiesta y este martes se conmemora el 70 aniversario de la fundación de la República Popular. Exhibición de músculo militar, de una de las concentraciones territoriales más grandes del planeta y de apariencia de una unidad capaz de trascender a lo étnico y lo regional, concentrándose en la figura del presidente Xi Jinping.

Sin embargo, es inevitable que la mirada se desvíe hacia Hong Kong. Incluso, por parte de la Administración. “El 70 aniversario de la fundación de la República Popular de China debería ser un gran día de celebración para cada chino”, ha afirmado el presidente de la Federación de Sindicatos del Comercio de Hong Kong, Wong Kwok, en referencia a los disturbios de este domingo en la ciudad entre policía y manifestantes.  Cada vez más lejos queda la propuesta de diálogo de la jefa del gobierno regional, Carrie Lam, para un movimiento de protesta que sigue ciñéndose a cinco peticiones; una comisión de investigación sobre la brutalidad policial, la eliminación del calificativo ‘alborotadores’ en relación a los manifestantes de la marcha pacífica del 12 de junio, amnistía para todos los detenidos, un sufragio universal dual, tanto para el Consejo Legislativo como para el Jefe Ejecutivo de la región, y la retirada total del proyecto de ley de extradición que desencadenó las manifestaciones.

“Lo supervisaremos de cerca, ya que Lam tiene un historial de mentiras en su carrera a pesar de decir que es católica”, señala April Kwok, una joven cristiana protestante de Hong Kong que ha participado en el movimiento de protestas.  Unos objetivos que siguen lejos mientras, semana tras semana, miles de personas ocupan las calles con una tensión y una violencia que siguen creciendo. Sobre la situación, dice Barry Cheung, responsable de la Comunidad de Estudiantes Evangélicos de Hong Kong (FES, por sus siglas en inglés), que es “muy inestable y las protestas no se concentran en lugares específicos, sino cerca de las estaciones de metro y de las comisarías de policía”.